Un total de 144 científicos fueron seleccionados este viernes por las principales instituciones académicas de China como nuevos académicos, la distinción científica y tecnológica más prestigiosa del país.
Según el desglose, la Academia de Ciencias de China (CAS, por sus siglas en inglés) incorporó a 73 nuevos miembros, mientras que la Academia de Ingeniería de China (CAE) sumó a 71.
Cinco especialistas fueron elegidos como académicos extranjeros de la CAS y otros ocho como miembros internacionales de la CAE.
Tras esta selección, el cuerpo total de académicos de la CAS asciende a 908 y el de la CAE a 1.002.
Los nuevos integrantes de la CAS tienen una edad promedio de 57,2 años, y el 67,1% cuenta con 60 años o menos. El más joven tiene 44 años y el de mayor edad, 66.
La incorporación de estos científicos refleja la importancia que China otorga a los investigadores que trabajan en áreas estratégicas y que impulsan nuevas capacidades productivas mediante el desarrollo científico y tecnológico.
En un artículo de The Economist retomado por la Universidad Austral en un análisis de Daniel Martello, se examina cómo China alcanzó el estatus de superpotencia científica.
Los investigadores chinos superaron en varios indicadores de ciencia de alto impacto a sus pares de otras regiones, marcando un cambio respecto del histórico predominio de Estados Unidos y Europa.
En 2003, Estados Unidos producía veinte veces más artículos científicos muy citados que China. Sin embargo, según Clarivate – Web of Science, para 2022 China ya había superado tanto a Estados Unidos como a la Unión Europea.
El Ranking de Leiden —una de las clasificaciones más valoradas por medir productividad e impacto mediante indicadores bibliométricos— muestra el crecimiento del país asiático en producción científica de alto nivel (1% más citado), especialmente en ciencias exactas, ingeniería, matemáticas y computación. En medicina y biología, las universidades estadounidenses continúan liderando.
Emigración estudiantil
Entre 2000 y 2019, más de 6 millones de estudiantes chinos viajaron al exterior para formarse. En los últimos años, muchos regresaron, aportando nuevas capacidades y conocimientos.
Datos de la OCDE señalan que, desde finales de los años 2000, la cantidad de científicos que vuelven al país supera a los que emigran, favorecida por programas de incentivos, becas y apoyo estatal para atraer talento.
En 2006, el Partido Comunista Chino presentó su plan de desarrollo científico a 15 años, destinando fondos estratégicos a áreas como tecnologías cuánticas, inteligencia artificial, semiconductores, neurociencia, genética, biotecnología, medicina regenerativa y exploración del espacio, de los océanos y de las regiones polares.
En computación cuántica, varios laboratorios académicos chinos alcanzaron niveles comparables a centros comerciales de Occidente. En 2023, investigadores del país establecieron un récord de qubits entrelazados en un procesador cuántico.
Nature Index
China también lidera otros indicadores menos susceptibles de manipulación. Entre ellos, el *Nature Index*, que contabiliza contribuciones en revistas científicas de prestigio evaluadas por especialistas.
En 2014, China ocupaba el segundo puesto, con una participación tres veces menor a la de Estados Unidos. Para 2023, ya se ubicó en el primer lugar.
El avance científico chino se apoyó en un incremento notable en inversión en investigación y desarrollo (I+D): desde 2000, el gasto se multiplicó por 16 en términos reales.
Según la OCDE, en 2021 China todavía estaba por debajo de Estados Unidos en gasto total en I+D (668 mil millones de dólares contra 806 mil millones), pero en el gasto proveniente de universidades y organismos públicos ambos países ya mostraban niveles similares (entre 130 y 140 mil millones).
Estados Unidos destina cerca del 50% de su presupuesto científico a investigación básica, casi el doble que China.
China también impulsó el crecimiento de instituciones académicas de excelencia. Programas como “Proyecto 211”, “Programa 985” y la “Liga China Nueve” canalizaron recursos a universidades seleccionadas para fortalecer sus capacidades de investigación.
Muchas instituciones ofrecieron bonificaciones significativas a los académicos que lograran publicar en revistas científicas de alto impacto.
IDC

